Cerebro y género: una cuestión de amígdalas
¿Quién nos iba a decir que entre las inteligencias múltiples de cada persona, la emocional tiene el tamaño de una almendra? Es así. En el cerebro se encuentra una estructura cerebral, del tamaño de una almendra, que se llama "amígdala" (del griego ὰμυγδάλη, almendra), situada exactamente en el lóbulo temporal y forma parte, junto a otras estructuras cerebrales, como el hipotálamo, el septum y el hipocampo, fundamentalmente, de los circuitos responsables de la emoción, de la motivación y del control del sistema autónomo o vegetativo. Todo ello configura el denominado sistema límbico, responsable directo de la codificación del mundo personal e intransferible de los sentimientos y de las emociones. Con el control férreo de la corteza prefrontal, como corteza de asociación situada en el lóbulo frontal. Una parte muy importante de la corteza (servilleta) cerebral, utilizando la descripción del tamaño de la misma hecha por Jeff Hawkins (1).
Desde el punto de vista científico, ya sabemos muchas cosas de la amígdala cerebral. Es una estructura muy pequeña y evolutivamente muy antigua. Dependiendo de su tamaño se puede identificar el carácter de una persona, llegándose a saber que una atrofia de la amígdala llevará a la persona que la sufra a una seria dificultad en el reconocimiento de los peligros, siendo realmente asombrosa la asociación que se puede llegar a dar entre su hipertrofia y la violencia y agresión. Se puede llegar a conocer hoy, a través de técnicas no invasivas de tomografía mediante emisión de positrones (PET), el coeficiente de las emociones en cada lado de la amígdala.
Se ha demostrado también que pacientes con la amígdala cerebral lesionada no son capaces de reconocer la expresión de un rostro o si una persona está contenta o triste. Por otro lado, en experimentos con monos a los que se les extirpó esta glándula, se demostró que éstos manifestaban tras la extirpación un comportamiento social alterado, con una pérdida de la comprensión de las reglas de relación de la manada, además de verse afectadas las actitudes maternales y las reacciones afectivas frente a sus iguales. Asimismo, la amígdala cerebral también se relaciona con la capacidad de aprendizaje y con la memoria.
He leído con atención el estudio llevado a cabo por la Unidad de "neuroimaginería cognitiva" del Inserm (el instituto francés de la salud y de investigación médica) y por el hospital Pitié-Salpêtrière de Francia, que ha demostrado que nuestro cerebro es capaz de integrar nociones tan abstractas como las de un campo semántico, las de los significados, incluso antes de que conscientemente podamos leer las palabras que los contienen. Además, el papel jugado por la implantación de electrodos en las amígdalas cerebrales de un grupo de pacientes epilépticos desvelaron actividad cerebral derivada de la significación de una serie de palabras mostradas a gran velocidad, a pesar de que los pacientes no pudieron ni leerlas. La complejidad de nuestros procesos mentales inconscientes es por tanto mucho más rica de lo que se estimaba. El trabajo ha sido dirigido por el neurólogo y doctor en Neurociencias cognitivas, profesor Lionel Naccache y ha sido publicado por la revista Proceedings of the National Academy of Science.
El cerebro es capaz de decodificar el significado y el sentido emocional de palabras que se presentan al sujeto de manera subliminal, señalan los resultados de un estudio. De ahí la importancia de los anuncios publicitarios y su falta de inocencia. Obvio. Y qué campo tan interesante se abre para la educación infantil y en casa, en el trabajo y en la Universidad. Los elementos de contexto en los que vivimos nuestra existencia diaria, cuántas palabras e imágenes, cuantos estados afectivos momentáneos (emociones) y duraderos (sentimientos) se pueden estar desarrollando y elaborando en nuestro interior sin que tomemos plena conciencia de ello. Es lógico que a veces digamos "no sé lo que me está pasando". Responsable: la amígdala personal e intransferible y su integración en circuitos más complejos.
El binomio miedo-agresión, está asentado en la amígdala. Si el tamaño es mayor en el hombre, por mera determinación anatómica, la correlación es más compleja. Por ello, las salidas de tono virulentas en los hombres tienen una determinación estructural cerebral, más acusada que en las mujeres. Y con una responsabilidad añadida: la corteza prefrontal, esa zona maravillosa de razonamiento neurológico, al intervenir otras muchas entradas de información a esa zona y equilibrar todas las balanzas imaginables de los procesos que se computan en el cerebro, hace que se module la conducta a observar finalmente, creando patrones para la memoria predictiva: si ya me pasó esto en una situación anterior, atención, porque me puede volver a pasar lo que ya sé que va a pasar. Sorprendente.
A lo largo de su evolución, el cerebro humano adquirió tres componentes que fueron surgiendo y superponiéndose. Al igual que en una excavación arqueológica podemos encontrar: El más antiguo, situado abajo, en la parte infero-posterior; el siguiente, en una posición intermedia y, el más reciente, localizado anteriormente y por encima de los otros dos. Estos son, respectivamente:
1- El arquipálio o cerebro primitivo, constituido por la estructuras del tronco cerebral: Bulbo, cerebelo, ponte y mesencéfalo, con el más antiguo núcleo en la base, el globo pálido y bulbos olfatórios. Se dice que corresponde al cerebro reptiliano, también llamado complejo-R por el neuro científico Paul MacLean.
2- Luego vemos al paleopálio o cerebro intermedio, formado por las estructuras del sistema límbico. Se dice que corresponde al cerebro de los mamíferos inferiores.
3- En la capa superior está el neopálio, también llamado cerebro superior o racional, comprendiendo la mayor parte de los dos hemisferios cerebrales (formado por la corteza más reciente, denominada neocórtex) y algunos grupos neuronales subcorticales. Este último solo es compartido por los mamíferos superiores, incluyendo a los primates y, consecuentemente, al hombre.
Esas tres "capas" se desarrollan, una sobre la otra, durante la evolución embrionaria y del feto (ontogenia), y, también cronológicamente en la evolución de las especies (filogenia), desde el lagarto hasta el homo sapiens. En palabras de MacLean, son una suerte de tres computadoras biológicas que, aunque íntimamente interconectadas, conservan cada una "sus propias formas peculiares de inteligencia, subjetividad, sentido del tiempo y del espacio, memoria, motricidad y otras funciones menos específicas".
Gráfico: cerebromente.org.br
No es el destino biológico preprogramado de hombre y mujer lo que justifica determinadas conductas, sino que los aprendizajes de situaciones que se han repetido en muchas ocasiones de la vida, "modula" una determinada forma de ser en el mundo, desencadenando procesos hormonales y activaciones eléctricas de circuitos neuronales que ya han "aprendido" a desenvolverse así en situaciones similares. Y la amígdala sigue ejecutando siempre su trabajo.
El estrógeno, la progesterona y la testosterona son las principales actrices invitadas en el funcionamiento de la amígdala en el cerebro sexuado. Todo lo que ocurra a nivel hormonal afecto a la amígdala. La razón es obvia: si el estrógeno está equilibrado en su funcionamiento ordinario, complejísimo, la amígdala hará vivir y sentir las emociones conscientes e inconscientes de forma regular, modulando actuaciones preprogramadas. De ahí la importancia de la memoria predictiva (teoría de Jeff Hawkins), de la que ya he hablado en post anteriores. Después, los sentimientos y emociones que se construyen en la amígdala, en compañía del hipocampo y del hipotálamo, se bifurcan en razón del protagonismo que concurra en relación con las hormonas masculina ó femenina: la progesterona y la testosterona. Y en cada ciclo de vida personal, el protagonismo es diferente. Por ello, la inteligencia individual, comienza a escribir en el libro de vida de cada uno en particular, cómo se aborda la resolución de problemas diarios para vivir de forma adecuada. Sin florituras agregadas. Solo se regula la mejor forma de vivir. Es lo que en América se trata de solucionar con Prozac, sabiendo que mi amígdala es sensible de forma particular con todo lo que a mí me pasa y me acaba afectando de forma momentánea (emociones) ó duradera (sentimientos).
Y una realidad estructural del cerebro, la mielina, tiene una responsabilidad crucial en la conexión obligada, autopista o camino vecinal, entre la amígdala y el centro de control de las emociones: la corteza prefrontal. Me gusta comparar la mielina con el cable de antena del televisor, forrado con una malla de cobre a modo de dendritas y con un plástico que le aísla del mundo exterior y protege la conductividad, ofreciendo todas las garantías de neurotransmisión, de transmisión en definitiva de las señales eléctricas.
La corteza cerebral se alimenta de millones de descargas de la amígdala y pide retroalimentación. Y esto se aprende. Es la experiencia del ciclo de vida de hombres y mujeres, desde que somos niñas y niños, experimentamos la adolescencia (cuantos cables sin mielina, sin protección se intercomunican a esta edad, desencadenando explosiones afectivas que ahora sabemos ya por qué ocurren), crecemos en el estereotipo del "amor" solo, homosexual ó heterosexual, y nos hacemos personas mayores donde las garantías del cableado cerebral comienzan a caducar, a deteriorarse e incluso a morir (Alzheimer). Este conocimiento nos lleva a ser muy prudentes con los autojuicios o sobre los que hacemos de los demás. Es "cuestión de química" (¿de amígdala?), siendo esta expresión coloquial una verdad como un templo, porque la conducción química es vital para nuestra amígdala, como explico a continuación.
Por su importancia actual, derivada de investigaciones recientes, es importante resaltar los últimos descubrimientos sobre unas células olvidadas desde los trabajos de Cajal, las células glía y en un papel muy importante: La neurotransmisión de sustancias vitales para el funcionamiento del cerebro, en una tarea muy concreta, en el trayecto que va desde la amígdala a la corteza cerebral y viceversa (a la amígdala le gustan las distancias cortas...), de acuerdo con unas declaraciones recientes de R. Douglas Fields, del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano, en Bethesda, Maryland, especialista en plasticidad del sistema nervioso: "Aún tenemos mucho que aprender, pero entre los neurocientíficos hay un tremendo interés (en estas células), ya que creen que podrían haber ignorado casi la mitad del cerebro". Este investigador, junto a Beth Stevens-Graham, ha escrito un artículo de revisión sobre la glía, publicado en la revista Science (2), de sumo interés: "Cada vez más, se hace evidente que la glía contribuye al proceso de información en el cerebro detectando la descarga de las neuronas y comunicándose entre ellas para, a su vez, regular la actividad neuronal".
La nueva conciencia sobre la importancia de las células gliales se ha desarrollado, en parte, debido a nuevos métodos de radiografía por imágenes que permiten a los científicos observar las señales químicas que la glía usa para comunicarse, entre ellas mismas y con las neuronas. La glía y las neuronas operan en formas diferentes. Aunque a menudo se comparan las señales eléctricas de las neuronas con las que tienen lugar en las líneas telefónicas, la glía se comunica por medio de señales químicas, que son mucho más lentas. Entre las numerosas funciones de la glía, dijo Fields, están las de regular la intensidad de las conexiones interneuronales llamadas sinapsis. Pero la glía también puede detectar señales eléctricas de otras partes del cerebro, además de las sinapsis, según el investigador. Estas señales, añadió Fields, "son particularmente importantes para regular el desarrollo glíal en la vida fetal y postnatal temprana".
Los mensajes también controlan la actividad de la glía que forma la mielina, el "aislante" que protege las fibras nerviosas, mencionó el científico. La comunicación entre las neuronas y las células gliales podría formar parte de las actividades cerebrales que suceden en un período relativamente largo de tiempo, según Fields. "Esto sería importante", dijo el científico, "en aquellos procesos como el desarrollo del sistema nervioso, la formación de las sinapsis, la migraña, la depresión, el aprendizaje y la memoria". Esta comunicación podría también estar presente en la forma en que el cerebro responde al daño, a la enfermedad y al dolor crónico, añadió el investigador".
El tejido nervioso y posición de los astrocitos: 1) células del epéndimo 2) neurona; 3) axones; 4) oligodendrocito; 5) astrocito; 6) vaina de mielina; 7 microglia
Estudios recientes llevados a cabo en la Clínica de Neurocirugía de la Universidad de Bonn, han señalado el papel trascendental de las células glía, neuroglías, en su argot, destacando las funciones que desempeña un tipo de célula glial, el astrocito, desconocidas hasta ahora pero que pueden revolucionar el conocimiento del procesamiento del entendimiento entre neuronas, como árbitro imprescindible. Es una célula muy común en el cerebro y su relación con la sinapsis y con los vasos sanguíneos, pero junto a las funciones clásicas de nutrición y sostén de las neuronas, se han descubierto funciones auxiliares muy diversas: "Se ocupan de que las concentraciones iónicas permanezcan constantes en el espacio situado entre las células cerebrales; recogen las sustancias mensajeras –los neurotransmisores- liberadas por las neuronas y bloquean sus efectos; por último proveen de nutrientes a las células nerviosas. Va ganando terreno, además, la idea de que el propio grupo de astrocitos se compone, a su vez, de tipos celulares muy distintos que, en parte, realizan trabajos completamente diferentes. Por si fuera poco, se les empieza a reconocer a los astrocitos, su participación en el procesamiento de la información cerebral, capacidad que se suponía exclusiva de las neuronas" (3).
(1) Hawkins, J. y Blakeslee, S. (2005). Sobre la inteligencia. Espasa Calpe: Madrid.
(2) Douglas Fields, R. & Stevens-Graham, B. New Insights into Neuron-Glía Communication. Science 18 October 2002: Vol. 298. no. 5593, 556–562.
(3) Krebs, C., Hüttmann, K. y Steinhäuser, Ch. (2005). Células de la glía. Mente y Cerebro, 11, 66-69.
joseantoniocobena.com.
viernes, 29 de marzo de 2013
sistema endocrino
Sistema
endocrino
El sistema endocrino está formado por una
serie de glándulas que liberan un tipo de sustancias llamadas hormonas; es
decir, es el sistema de las glándulas de secreción interna o glándulas
endocrinas.
Una hormona es una sustancia química que se
sintetiza en una glándula de secreción interna y ejerce algún tipo de efecto
fisiológico sobre otras células hasta las que llega por vía sanguínea.
Las glándulas endocrinas más importantes son: la
hipófisis, la tiroides, glándulas
paratiroides, glándulas suprarrenales, páncreas endocrino, glándulas sexuales.

Hipófisis
La hipófisis, está formada por tres lóbulos: el anterior, el intermedio, que en los primates sólo existe durante un corto periodo de la vida, y el posterior. Se localiza en la base del cerebro y se ha denominado la "glándula principal". Los lóbulos anterior y posterior de la hipófisis segregan hormonas diferentes.
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Hormonas trópicas; es decir, estimulantes, ya que estimulan a las glándulas correspondientes.
• TSH o tireotropa: regula la secreción de tiroxina por la tiroides.
• ACTH o adrenocorticotropa: controla la secreción de las hormonas de las cápsulas suprarrenales.
• FSH o folículo estimulante: provoca la secreción de estrógenos por los ovarios y la maduración de espermatozoides en los testículos.
• LH o luteotropina: estimula la secreción de progesterona por el cuerpo lúteo y de la testosterona por los testículos.
Hormonas no trópicas, que actúan directamente sobre sus células blanco.
• STH o somatotropina, conocida como "hormona del crecimiento", ya que es responsable del control del crecimiento de huesos y cartílagos.
• PRL o prolactina: estimula la secreción de leche por las glándulas mamarias tras el parto.
2. El lóbulo medio segrega una hormona, la MSH o estimulante de los melonóforos, estimula la síntesis de melanina y su dispersión por la célula.
3. El lóbulo posterior o neurohipófisis, libera dos hormonas, la oxitocina y la vasopresina o ADH, que realmente son sintetizadas por el hipotálamo y se almacenan aquí.
• Oxitocina: Actúa sobre los músculos del útero, estimulando las contracciones durante el parto. Facilita la salida de la leche como respuesta a la succión.
• Vasopresina: Es una hormona antidiurética, favoreciendo la reabsorción de agua a través de las neuronas.
Tiroides
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La
tiroides es una glándula bilobulada situada en el cuello. Las hormonas
tiroideas, la tiroxina y la triyodotironina aumentan el consumo de oxígeno y
estimulan la tasa de actividad metabólica, regulan el crecimiento y la
maduración de los tejidos del organismo y actúan sobre el estado de alerta
físico y mental.
La
tiroides también secreta una hormona denominada calcitonina, que disminuye los
niveles de calcio en la sangre e inhibe su reabsorción ósea.
Glándulas paratiroides
Las
glándulas paratiroides se localizan en un área cercana o están inmersas en la
glándula tiroides. La hormona paratiroidea o parathormona regula los niveles
sanguíneos de calcio y fósforo y estimula la reabsorción de hueso.
Glándulas suprarrenales
Son
dos pequeñas glándulas situadas sobre los riñones. Se distinguen en ellas dos
zonas: la corteza en el exterior
y la médula que ocupa la zona
central.
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1. Corteza: Formada por tres
capas, cada una segrega diversas sustancias hormonales.
• La
capa más externa segrega el mineral corticoide, que regulan el metabolismo de
los iones. Entre ellos destaca la aldosterona, cuyas funciones más notables son
facilitar la retención de agua y sodio, la eliminación de potasio y la
elevación de la tensión arterial.
• La
capa intermedia elabora los glucocorticoides.
El más importante es la cortisona, cuyas funciones fisiológicas principales
consisten en la formación de glúcidos y grasas a partir de los aminoácidos de
las proteínas, por lo que aumenta el catabolismo de proteínas. Disminuyen los
linfocitos y eosinófilos. Aumenta la capacidad de resistencia al estrés.
• La
capa más interna, segrega andrógeno
corticoide, que están íntimamente relacionados con los caracteres
sexuales. Se segregan tanto hormonas femeninas como masculinas, que producen su
efecto fundamentalmente antes de la pubertad para, luego, disminuir su
secreción.
2. Médula: Elabora las
hormonas, adrenalina y noradrenalina. Influyen sobre el metabolismo de los
glúcidos, favoreciendo la glucógenolisis, con lo que el organismo puede
disponer en ese momento de una mayor cantidad de glucosa; elevan la presión
arterial, aceleran los latidos del corazón y aumentan la frecuencia
respiratoria. Se denominan también "hormonas de la emoción" porque se
producen abundantemente en situaciones de estrés, terror, ansiedad, etc., de
modo que permiten salir airosos de estos estados. Sus funciones se pueden ver
comparadamente en el siguiente cuadro:
Adrenalina
|
Noradrenalina
|
Incremento
de la fuerza y frecuencia de la contracción cardíaca
|
Incremento
de la fuerza y frecuencia de la contracción cardíaca
|
Dilatación
de los vasos coronarios
|
Dilatación
de los vasos coronarios
|
Vasodilatación
general
|
Vasoconstricción
general
|
Incremento
del gasto cardíaco
|
Descenso
del gasto cardíaco
|
Incremento
de la glucogenolisis
|
Incremento
de la glucogenolisis
(en menor proporción) |
Páncreas endocrino
La mayor parte del páncreas está formado por tejido exocrino que libera enzimas en el duodeno. Hay grupos de células endocrinas, denominados islotes de Langerhans, distribuidos por todo el tejido que secretan insulina y glucagón.
La insulina actúa sobre el metabolismo de los hidratos de carbono, proteínas y grasas, aumentando la tasa de utilización de la glucosa y favoreciendo la formación de proteínas y el almacenamiento de grasas. El glucagón aumenta de forma transitoria los niveles de azúcar en la sangre mediante la liberación de glucosa procedente del hígado.
Glándulas sexuales
Las
glándulas sexuales (testículos y
ovarios) son glándulas mixtas que en su secreción externa producen gametos y en
su secreción interna producen hormonas que ejercen su acción en los órganos que
intervienen en la función reproductora.
Cada
gónada produce las hormonas propias de su sexo, pero también una pequeña
cantidad de las del sexo contrario. El control se ejerce desde la hipófisis
Ovarios: Los ovarios son los
órganos femeninos de la reproducción, o gónadas femeninas. Son estructuras
pares con forma de almendra situadas a ambos lados del útero. Los folículos
ováricos producen óvulos, o huevos, y también segregan un grupo de hormonas
denominadas estrógenos, necesarias para el desarrollo de los órganos
reproductores y de las características sexuales secundarias, como distribución
de la grasa, amplitud de la pelvis, crecimiento de las mamas y vello púbico y
axilar. La progesterona ejerce su acción principal sobre la mucosa uterina en el mantenimiento del embarazo. También actúa junto a los estrógenos favoreciendo el crecimiento y la elasticidad de la vagina. Los ovarios también elaboran una hormona llamada relaxina, que actúa sobre los ligamentos de la pelvis y el cuello del útero y provoca su relajación durante el parto, facilitando de esta forma el alumbramiento.
Testículos: Las gónadas masculinas o testículos son cuerpos ovoideos pares que se encuentran suspendidos en el escroto. Las células de Leydig de los testículos producen una o más hormonas masculinas, denominadas andrógenos. La más importante es la testosterona, que estimula el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, influye sobre el crecimiento de la próstata y vesículas seminales, y estimula la actividad secretora de estas estructuras. Los testículos también contienen células que producen gametos masculinos o espermatozoides.
http://www.uprm.edu/biology/profs/velez/endocrino.htm
Es propiedad: www.profesorenlinea.cl. Registro Nº 188.540
Ansiedad
Termino
que atribuye a aquella combinación de las manifestaciones físicas y mentales, o
también entre síntomas cognitivos y fisiológicos. Todos los individuos sienten ansiedad, pero
no de la misma forma. Esta se presenta como una respuesta normal, necesaria y
un mecanismo adaptativo, que nos ayuda a potencializar nuestra supervivencia.
Cuando hablamos de ansiedad también nos referimos a ese estado persistente,
agitado e inquietudes desagradables, que puede llegarse a terminar en crisis o
pánico.
La
ansiedad no es más que la anticipación a peligros que se visualizan va a
suceder en un futuro y esta es una de las características principales de la
ansiedad, es que le permite al individuo predecir o alertar cuando un peligro o
amenaza se aproxima., y esta puede manifestarse a través de la sensación de
depresión, respuestas fisiológicas o motoras.
A
mediado de los años sesenta, se comenzó a utilizar el termino de ansiedad para
referirse a un tipo de conducta que se caracterizaba por un conjunto de sentimiento propios del individuo que se
reflejaban en respuestas fisiológicas, donde interactuaban tres aspectos importantes:
lo motor, lo cognitivo y lo fisiológico, es decir, se da la interacción de lo
interno (cognitivo), con lo externo
(fisiológico), lo que daba lugar a aquellas respuestas que se veían reflejadas
en el individuo como lo era la inseguridad, sensación de perder el control,
etc. Todos estos aspectos fisiológicos producían la activación del SN Autónomo
y el SN Somático, lo que producía la respiración rápida, ahogo, templor,
hormigueo, entre otros, y por ultimo se dan esos aspectos que están a la vista
que repercuten en el comportamiento, como dificultad al expresarnos,
movimientos sin una finalidad concreta, etc.
Estructuras del sistema nervioso y
endocrino que participan en la ansiedad
La ansiedad desde lo biológico, se genera, cuando se
procesa la información a través de los sentidos, esta información llega al
tálamo, y luego lo envía a la amígdala,
al ser procesada por la amígdala, regresa a la corteza cerebral y esta decide
en la situación se deben presentar las
respuestas o no, es decir si es una situación de peligro, de ser así se envía
la información al SN el cual formula los cambios adaptativos, con el envió de
hormonas que producen las respuestas fisiológicas como son: La sudoración, la respiración, el
ritmo cardiaco, la presión arterial, etc.
Estrés
El
estrés es considerado según el científico canadiense Hans Selye, como un
síndrome general de adaptación, estado del organismo que se da como una
respuesta biológica que es causada por situaciones del medio exterior.
Son aquellos
procesos y respuestas en los cuales intervienen los siguientes sistemas;
nervioso, endocrino, inmunológico, emocionales (amígdala), y conductuales. El
estrés se presenta ante situaciones
adversas y difíciles, las cuales no son manejables y que percibe como una
amenaza o peligro, por lo tanto el organismo requiere una mayor adaptación de
lo habitual, como respuesta de defensa. Al presentarse cambios internos y
externos se afecta la homeostasis en el individuo, la cual permite que este
comience las respuestas de huida o lucha. El estrés se hace visible por medio de una
serie de respuestas fisiológicas como: irritabilidad, sudoración, taticardia,
necesidades fisiológicas, entre otras. El individuo siempre va a requerir de
adaptación ante el estrés, incluso esta le permite enfrentar situaciones
estresantes futuras.
Se
considera que el estrés se hace
necesario para nuestra supervivencia, siempre y cuando este no se presente de
forma excesiva, y pueda ser controlado. Por ejemplo, un poco de estrés puede
aumentar la memoria, y el exceso de este disminuirla o hacerla perder.
Estructuras del sistema nervioso y
endocrino que participan en el estrés.
En este el SNC es el encargado de controlar
las respuestas al estrés, y a la vez controla y coordina el sistema Autónomo,
endocrino e inmunológico los cuales se encargan de regular la homeostasis, que
es producida por el sistema simpático adrenal. El principal mecanismo en respuestas al estrés es
Hipotalamo-hipofisis-glandulasuprarrenal. El hipotálamo secreta la hormona
liberadora de corticotrofina, y también controla las funciones del SNA y SE, y
esta estructura es la encargada de integrar la influencia del hipotálamo, la
cual permite que el organismo tenga un estado de equilibrio y estabilidad en su medio interno. Cuando se produce la activación del SNA, mas
exactamente el sistema simpático el cual se encarga de la estimulación a las
glándula suprarrenales que secretan la hormona adrenalina al torrente
sanguíneo, que se encarga de aumentar las funciones del organismo, y efectos
fisiológicos que se hacen evidente en situaciones de máxima tensión, como el
estrés. Nuestro cerebro, ante una situación
estresante producen la activación la liberación de hormonas por medio de la
glándulas adrenales que libera el cortisol, estas hormonas hacen que el
organismo libere glucosa que envía cantidades de energía a los músculos,
aumenta la tensión arterial, el ritmo cardiaco, entre otros. Una vez superada
la situación de emergencia, actúa el
sistema parasimpático regulando los niveles de energía, y los procesos
fisiológicos, produciendo un estado de relajación.
martes, 5 de marzo de 2013
Sistema
endocrino
El sistema endocrino está formado por una
serie de glándulas que liberan un tipo de sustancias llamadas hormonas; es
decir, es el sistema de las glándulas de secreción interna o glándulas
endocrinas.
Una hormona es una sustancia química que se
sintetiza en una glándula de secreción interna y ejerce algún tipo de efecto
fisiológico sobre otras células hasta las que llega por vía sanguínea.
Las glándulas endocrinas más importantes son: la
hipófisis, la tiroides, glándulas
paratiroides, glándulas suprarrenales, páncreas endocrino, glándulas sexuales.
Hipófisis
La hipófisis, está formada por tres lóbulos: el anterior, el intermedio, que en los primates sólo existe durante un corto periodo de la vida, y el posterior. Se localiza en la base del cerebro y se ha denominado la "glándula principal". Los lóbulos anterior y posterior de la hipófisis segregan hormonas diferentes.
Hormonas trópicas; es decir, estimulantes, ya que estimulan a las glándulas correspondientes.
• TSH o tireotropa: regula la secreción de tiroxina por la tiroides.
• ACTH o adrenocorticotropa: controla la secreción de las hormonas de las cápsulas suprarrenales.
• FSH o folículo estimulante: provoca la secreción de estrógenos por los ovarios y la maduración de espermatozoides en los testículos.
• LH o luteotropina: estimula la secreción de progesterona por el cuerpo lúteo y de la testosterona por los testículos.
Hormonas no trópicas, que actúan directamente sobre sus células blanco.
• STH o somatotropina, conocida como "hormona del crecimiento", ya que es responsable del control del crecimiento de huesos y cartílagos.
• PRL o prolactina: estimula la secreción de leche por las glándulas mamarias tras el parto.
2. El lóbulo medio segrega una hormona, la MSH o estimulante de los melonóforos, estimula la síntesis de melanina y su dispersión por la célula.
3. El lóbulo posterior o neurohipófisis, libera dos hormonas, la oxitocina y la vasopresina o ADH, que realmente son sintetizadas por el hipotálamo y se almacenan aquí.
• Oxitocina: Actúa sobre los músculos del útero, estimulando las contracciones durante el parto. Facilita la salida de la leche como respuesta a la succión.
• Vasopresina: Es una hormona antidiurética, favoreciendo la reabsorción de agua a través de las neuronas.
Tiroides
La
tiroides es una glándula bilobulada situada en el cuello. Las hormonas
tiroideas, la tiroxina y la triyodotironina aumentan el consumo de oxígeno y
estimulan la tasa de actividad metabólica, regulan el crecimiento y la
maduración de los tejidos del organismo y actúan sobre el estado de alerta
físico y mental.
La
tiroides también secreta una hormona denominada calcitonina, que disminuye los
niveles de calcio en la sangre e inhibe su reabsorción ósea.
Glándulas paratiroides
Las
glándulas paratiroides se localizan en un área cercana o están inmersas en la
glándula tiroides. La hormona paratiroidea o parathormona regula los niveles
sanguíneos de calcio y fósforo y estimula la reabsorción de hueso.
Glándulas suprarrenales
Son
dos pequeñas glándulas situadas sobre los riñones. Se distinguen en ellas dos
zonas: la corteza en el exterior
y la médula que ocupa la zona
central.
1. Corteza: Formada por tres
capas, cada una segrega diversas sustancias hormonales.
• La
capa más externa segrega el mineral corticoide, que regulan el metabolismo de
los iones. Entre ellos destaca la aldosterona, cuyas funciones más notables son
facilitar la retención de agua y sodio, la eliminación de potasio y la
elevación de la tensión arterial.
• La
capa intermedia elabora los glucocorticoides.
El más importante es la cortisona, cuyas funciones fisiológicas principales
consisten en la formación de glúcidos y grasas a partir de los aminoácidos de
las proteínas, por lo que aumenta el catabolismo de proteínas. Disminuyen los
linfocitos y eosinófilos. Aumenta la capacidad de resistencia al estrés.
• La
capa más interna, segrega andrógeno
corticoide, que están íntimamente relacionados con los caracteres
sexuales. Se segregan tanto hormonas femeninas como masculinas, que producen su
efecto fundamentalmente antes de la pubertad para, luego, disminuir su
secreción.
2. Médula: Elabora las
hormonas, adrenalina y noradrenalina. Influyen sobre el metabolismo de los
glúcidos, favoreciendo la glucógenolisis, con lo que el organismo puede
disponer en ese momento de una mayor cantidad de glucosa; elevan la presión
arterial, aceleran los latidos del corazón y aumentan la frecuencia
respiratoria. Se denominan también "hormonas de la emoción" porque se
producen abundantemente en situaciones de estrés, terror, ansiedad, etc., de
modo que permiten salir airosos de estos estados. Sus funciones se pueden ver
comparadamente en el siguiente cuadro:
Adrenalina
|
Noradrenalina
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Incremento
de la fuerza y frecuencia de la contracción cardíaca
|
Incremento
de la fuerza y frecuencia de la contracción cardíaca
|
Dilatación
de los vasos coronarios
|
Dilatación
de los vasos coronarios
|
Vasodilatación
general
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Vasoconstricción
general
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Incremento
del gasto cardíaco
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Descenso
del gasto cardíaco
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Incremento
de la glucogenolisis
|
Incremento
de la glucogenolisis
(en menor proporción) |
Páncreas endocrino
La mayor parte del páncreas está formado por tejido exocrino que libera enzimas en el duodeno. Hay grupos de células endocrinas, denominados islotes de Langerhans, distribuidos por todo el tejido que secretan insulina y glucagón.
La insulina actúa sobre el metabolismo de los hidratos de carbono, proteínas y grasas, aumentando la tasa de utilización de la glucosa y favoreciendo la formación de proteínas y el almacenamiento de grasas. El glucagón aumenta de forma transitoria los niveles de azúcar en la sangre mediante la liberación de glucosa procedente del hígado.
Glándulas sexuales
Las
glándulas sexuales (testículos y
ovarios) son glándulas mixtas que en su secreción externa producen gametos y en
su secreción interna producen hormonas que ejercen su acción en los órganos que
intervienen en la función reproductora.
Cada
gónada produce las hormonas propias de su sexo, pero también una pequeña
cantidad de las del sexo contrario. El control se ejerce desde la hipófisis
Ovarios: Los ovarios son los
órganos femeninos de la reproducción, o gónadas femeninas. Son estructuras
pares con forma de almendra situadas a ambos lados del útero. Los folículos
ováricos producen óvulos, o huevos, y también segregan un grupo de hormonas
denominadas estrógenos, necesarias para el desarrollo de los órganos
reproductores y de las características sexuales secundarias, como distribución
de la grasa, amplitud de la pelvis, crecimiento de las mamas y vello púbico y
axilar. La progesterona ejerce su acción principal sobre la mucosa uterina en el mantenimiento del embarazo. También actúa junto a los estrógenos favoreciendo el crecimiento y la elasticidad de la vagina. Los ovarios también elaboran una hormona llamada relaxina, que actúa sobre los ligamentos de la pelvis y el cuello del útero y provoca su relajación durante el parto, facilitando de esta forma el alumbramiento.
Testículos: Las gónadas masculinas o testículos son cuerpos ovoideos pares que se encuentran suspendidos en el escroto. Las células de Leydig de los testículos producen una o más hormonas masculinas, denominadas andrógenos. La más importante es la testosterona, que estimula el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, influye sobre el crecimiento de la próstata y vesículas seminales, y estimula la actividad secretora de estas estructuras. Los testículos también contienen células que producen gametos masculinos o espermatozoides.
http://www.uprm.edu/biology/profs/velez/endocrino.htm
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