viernes, 5 de abril de 2013

Agresividad


Descubiertas las bases neurológicas de la agresión humana

Las personas violentas presentan anomalías en regiones concretas del cerebro


Dos estudios llevados a cabo con individuos violentos han podido demostrar que sus cerebros presentan anomalías en regiones muy concretas. Adolescentes considerados violentos reaccionan con miedo y pierden capacidad de razonamiento cuando se les muestran imágenes de rostros amenazantes. En otro estudio se comprobó que la corteza prefrontal es más pequeña en asesinos y personas de comportamiento antisocial. Estos estudios centraron el debate de la reciente conferencia anual de la Society for Neuroscience norteamericana, donde también se puso de manifiesto que la estructura cerebral, que depende mayormente de la genética, no siempre es determinante para que un individuo sea violento, ya que el entorno puede asimismo modificar su estructura. Por Olga Castro-Perea.


Partes del cerebro implicadas en la violencia. Lydia Kibiuk, SFN.




Las actitudes violentas y la agresividad tienen un origen neuronal detectado por recientes investigaciones en el campo de la neurología. Déficits muy concretos en la estructura del cerebro parecen subyacer bajo las tendencias violentas y demasiado impulsivas, y su conocimiento podría servir para desarrollar tratamientos preventivos, así como para diagnosticar posibles futuros comportamientos violentos en niños y adolescentes, según un comunicado de la Society for Neurosciencenorteamericana. 

Aunque estos descubrimientos podrían tener un doble filo a nivel ético (el riesgo de estigmatizar a individuos analizados antes de que puedan hacer algo “malo” o de reducir la responsabilidad moral de asesinos o agresores por su condicionamiento neurológico), los neurólogos enfatizan que los análisis cerebrales sólo pueden predecir riesgos y que, en última instancia, como señala el neurólogo Craig Ferris, de la Northeastern University de Boston (Estados Unidos): “no somos esclavos de nuestra biología”. 




Actividad extra en la amígdala 

Recientemente, en el marco del trigésimo séptimo encuentro anual de la Society for Neuroscience en la ciudad de San Diego, se presentó un estudio liderado por Guido Frank, científico y físico de la Universidad de California, que con imágenes de resonancia magnética del cerebro ha analizado la actividad neuronal de un pequeño grupo de adolescentes valorados como “reactivamente agresivos”, considerando la violencia reactiva como una explosión que surge cuando una persona experimenta una tensión, amenaza o dificultad que es incapaz de afrontar de otra forma. Las reacciones de estos individuos son desproporcionadas y, en estos casos, las personas son incapaces de controlarse a sí mismas. 

Cuando se le mostró al grupo analizado imágenes de rostros amenazantes, los cerebros de los chicos agresivos, comparados con gente capaz de controlarse, mostraron una mayor actividad en la amígdala, una parte del cerebro que se relaciona con el miedo; y una menor actividad en el lóbulo frontal, región cerebral vinculada a la capacidad de razonamiento y de toma de decisiones, así como al auto-control. La actividad en la amígdala reflejaría que los participantes más agresivos sentían más miedo cuando veían las caras amenazantes y, al mismo tiempo, eran menos capaces que el resto de controlar sus propios actos. 

Otro estudio, de Adrian Raine, neurocientífico de la Universidad de Pensilvania que estudia las bases neurológicas de la violencia, fue llevado a cabo con 792 asesinos e individuos con un comportamiento antisocial y con 704 personas de comportamiento normalizado. 



Bibliografia:
http://www.tendencias21.net/Descubiertas-las-bases-neurologicas-de-la-agresion-humana_a1906.html

1 comentario:

  1. cualquier conducta física como verbal que tenga como fin dañar a otro se entiende como agresividad. Las primeras aproximaciones o estudios que se dieron acerca de la agresividad, indicaron que la amígdala, el hipocampo y diversas estructuras tegmentales facilitan la agresión

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